Lo
que me convoca ahora es también hablar un poco sobre las tecnologías que
habitan en nuestras vidas en la actualidad, en comparación con las tecnologías
de hace 15 años atrás.
Vivimos en el mundo de la información y de la globalización.
La evolución de las tecnologías ha facilitado la llegada del conocimiento de todos los sucesos mundiales, al instante, en todos los estratos de la población, sobre todo a partir de la incorporación de la telefonía móvil, la cual nos permite estar más comunicados a distancia, pero su uso excesivo afecta las relaciones humanas interpersonales, ya que de ese modo se evita el contacto humano face to face tan necesario a nuestra vida afectiva y emocional, pues no hay que olvidar que "somos seres emocionales que razonan", de acuerdo a los últimos descubrimientos de las neurociencias.
Hace 15 años, quizás nos costaba más comunicarnos ya que debíamos ir a la cabina telefónica para las comunicaciones a larga distancia o al teléfono público introduciendo la ficha o la moneda, lo cual incluso nos hacía incurrir en rabietas, ya que a veces el teléfono público nos tragaba la bendita moneda, pero quizás éramos más felices. Ahora, con la invasión de los celulares a nuestras vidas, ya no disfrutamos de las reuniones de familia en las comidas diarias para conversar, sino que estamos todos pendientes del celular y si es el cumpleaños de un amigo/a en lugar de reunirnos personalmente con él o ella, le enviamos un post deseándole ¡Feliz Cumpleaños! a través de las redes sociales o Whatsapp.
Es indudable el gran aporte de las TIC en nuestra sociedad, sobre todo si se las usa con fines educativos, pero no debemos permitir que éstas obstruyan la calidez del encuentro humano. Hay que tender a un equilibrio. ¡Todo en su justa medida!
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